Golpe de Estado en Bangladesh

Hossain Mohammad Ershad líder del levantamiento



Esta mañana, en un pleno ordinario del gobierno de Bangladesh el general Hossain Mohammad Ershad, antiguo dirigente del país y desplazado del poder hace 20 años, por un levantamiento popular, ha entrado violentamente en la Asamblea acompañado de militaras y ha asesinado despiadadamente a todos los presentes en la sala incluidos el presidente y el primer ministro. Minutos después de la masacre, salía al balcón de la Asamblea y proclamaba a Bangladesh, dictadura militar a la par que Birmania. Rápidamente tras el conocimiento de la noticia y su retrasmisión por todas las televisiones del país como noticia del última hora ha hecho saltar a la población a la calles. Millones de personas en todos los rincones del país se manifiestan violentamente en contra del golpista Hossain Mohammad Ershad y arremeten contra el ejército con violencia y alevosía. El golpista, al parecer está respaldado por el ejército de Bangladesh y el gobierno birmano, una dictadura militar de similares características a la que quiere imponer Hossain Mohammad Ershad en Bangladesh. En estos instantes el ejército está arremetiendo salvajemente contra los manifestantes, disparándoles a bocajarro y sin piedad. Corre la voz por Bangladesh de la posible salida a las calles de los tanques y demás vehículos del ejército para someter definitivamente a los exaltados. Desesperados y sumidos en un pánico que les obliga a luchar, ahora los bangladeses se están armando con ayuda de milicias populares y están dispuestos a combatir por su libertad y por la vuelta del país a la democracia. El general Than Shwe, dictador militar que dirige Birmania ha expresado públicamente su apoyo al general Hossain Mohammad Ershad y su decisión de ayudarle militarmente a someter al pueblo de Bangladesh cuanto antes. De momento las víctimas mortales se contabilizan en 750.000 y los heridos en 1.500.000. La guerra civil en Bangladesh está ya casi anunciada y luchar es la única opción que les queda.

Jessore 11:30 pm del día 1 de Diciembre de 2009



Aahan: Aashish, tengo un miedo tremendo en el cuerpo. ¿Cuánto durará esto?
Aashish: Hermano, no lo sé. El General Hossain está loco y se ha autoproclamado ya nuevo gobernador del país.
Aahan: Que triste, que en mis últimos años de vida tenga que estar escondido, en vez de disfrutar con mi familia y mi nieta Aanjay.
Aashish: Es triste hermano, pero el ejército está patrullando las ciudades y los pueblos, matando a todo aquel que se interponga en su camino y que no sea partidario del régimen.
Aahan: Aashish, pronto moriremos. Pero en caso de que yo muera antes que tú, quiero que cuides a mi nieta.
Aashish: Hermano, no digas eso. Pronto saldremos de aquí y esta pesadilla acabará. Te lo aseguro.
Aahan: No digas tonterías Aashish, hace un mes ya que se dio el golpe de estado y ningún gobierno extranjero se ha movido para ayudarnos. Estamos perdidos... y los sabes...
Aashish: Pero, hermano...

Se oye un ruido ensordecedor fuera... se oye a la gente gritar...

Un habitante del pueblo en el que se encuentran entra en la casa de los ancianos...

Kankana: Aashish, Aahan. Tenemos que salir de aquí. Hossan Mohammad se ha vuelto loco y ha sacado los tanques a la calle. Están disparando a los civiles y destruyendo casas con los cañones.

Kankana coje del brazo a Aahan

Kankana: Vamos, tenemos que irnos.
Aahan: Déjame, no iré a ninguna parte. Ya he vivido lo suficiente.
Kankana: Pero, Aahan.
Aahan: Salva a mi nieta, Kankana. Y déjame aquí. Quiero morir en el mismo lugar donde nací...
Aashish: Hermano, no seas estúpido. Debes vivir, salgamos de aquí. Por favor.

Aashish coge a su hermano de la mano. Pero este la retira y le impide que lo agarre. Forcejean durante unos minutos.

....
....

Una tremenda explosión termina el forcejeo de los ancianos. Sus vidas acababan de ver el final.

Dhaka 12:45 pm del día 1 de Diciembre de 2009



Se escucha el correteo por las calles de la capital de decenas de civiles armados.

Uno de ellos, armado con un rifle, sale al encuentro de un grupo de soldados del ejército de Bangladesh.

Quispe: Morid, malditos cabrones.

Dispara una ráfaga de disparos, ninguno alcanza a los militares. Quienes rápidamente acribillan al joven de no más de 16 años con sus ametralladoras.

¡Quispeeee! Se oye desde lejos como un grito desesperado de llanto y dolor.

Aparecen vehículos militares y jeeps por las calles vacías de la capital. No hay nadie en las calles, la mayoría están encerrados en sus casas o han iniciado un exilio hacia otro país. Día a día, varios civiles armados con rifles y otras armas bastante antiguas se enfrentan a los militares en un gesto de desesperación y rebeldía por la toma del poder del general Hossad Mohammad. En la gran mayoría de casos estos civiles no han llegado a la mayoría de edad, y algunos ni siquiera cuentan con 14 años.

Se escucha un grito en un lugar cercano... Una mujer está siendo sacada de su casa por unos militares que la tienen enganchada de su largo pelo.

Kanira: Soltadme, ¡¡¡Soltadme!!!

En un insensato gesto de la joven, se defiende contra el militar que la tiene cogida del pelo, le agarra el brazo y le pega un fuerte mordisco.

El militar grita y con un gesto furioso arroja a la mujer contra el asfalto de la calle. Sin pensarlo dos veces y viendo como sus compañeros le miran pensando en que le ha humillado saca la pistola de su cartuchera y dispara 3 certeros disparos en la cabeza de la joven que acaba con su vida.

Sus compañeros se ríen por unos instantes, pero pronto cogen el cuerpo de la joven y lo depositan en un camión militar repleto de cadáveres.

Se oyen disparos de fondo por toda la ciudad, las guerrillas civiles están actuando de forma constante e impidiendo a los militares llevar a cabo asesinatos como estos.

La guerra civil de Bangladesh parece haber comenzado

Rangpur 15:45 del día 3 de enero de 2009



Miles de personas cruzan, cargadas de víveres y objetos personales, la ciudad de Rangpur, de carácter montañoso y situada al noroeste de Bangladesh

Sugey: Papá ¿Dónde vamos?
Nahum: Nos dirigimos al norte, a Nepal.
Sugey: ¿Por qué? ¿Por qué no podemos quedarnos aquí, en casa?
Nahum: Es díficil explicartelo a tu edad, Sugey, pero tenemos que irnos de nuestro hogar y de nuestro país.
Sugey: ¿Y mamá? ¿Por qué no viene con nosotros?

Nahum mira hacia otro lado, intentando esquivar la mirada de su hijo

Nahum: El ejército se la ha llevado.
Sugey: ¿Por qué? ¿Qué ha hecho, papá?
Nahum: Nada, no ha hecho nada. El ejército está arrestando a miles de personas sin razón alguna.
Sugey: ¿Volveremos a verla?
Nahum: Nada es seguro hijo, pero seguramente no.

Las lágrimas saltan de los ojos de Sugey...

Se oyen fuertes explosiones y las miles de personas que van junto a ellos empiezan a ponerse nerviosas, se descontrolan y corren por la ladera de la montaña. Algunos se caen ladera abajo...

Nezario: Mierda, ¡Rápido huyamos! ¡Se acercan aviones del ejército!

Sugey y Nahum tiran sus pertenencias al suelo y corren desesperadamente intentando esconderse en alguna caverna o algún sitio dentro de la montaña desde donde no puedan verles los aviones

Segundos después, en lo alto del cielo se distinguen una decena de grandes aviones que vuelan por encima de las nubes.

Kaoru: ¡¡¡Bombarderos!!! ¡Cuerpo a tierra!

Cientos de bombas empiezan a caer desde los bombarderos, nadie encuentra sitio donde pone a cubierto. Algunas personas se tiran ladera abajo intentando salvar sus vidas a la desesperada, otros con la esperanza ya perdida se arrodillan y rezan a su dios para que les salve.

No hay escapatoria, se suceden fuertes explosiones en la ladera que cubren todo el camino de humo y polvo. Empieza a salir gente despedida por las ondas expansivas y a perder extremidades. La gran humareda hace que muchos pierdan la desorienación y caigan abajo. Las fuertes detonaciones minan el oído de los supervivientes, no pueden oír nada ni ver nada por el humo.

Pasados unos minutos, la humareda empieza a disiparse y se descubre un gran montón de cadáveres por todo el camino. Víveres y pertenencias personales ensangrentas, gente que ha perdido brazos y piernas y que lloran pidiendo auxilio. El ataque aéreo ha sido brutal y casi todos han muerto, algunos lenta y agonicamente por desangramiento.

Cox's Bäzär 17:20 del día 4 de enero de 2010



Kapriel: Tranquilo, Edson todo saldrá bien. Huiremos de aquí y evitaremos la guerra.
Edson: ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? La mayoría de puertos del país están intervenidos por los militares.
Kapriel: Confía en mí, todos saldremos de aquí. Iremos a Indonesia.

Kapriel descuelga los cabos de una embarcación bastante antigua, similar a un cayuco. Se monta en ella.

Kapriel: Vamos, montad todos. Hora de marcharse.

Las demás personas, que son 7 u 8, montan rápidamente en la embarcación.

Edson: Que sea lo que Allah quiera.

El cayuco empieza a navegar, propulsado por un pequeño motor, y ya está próximo a salir a mar abierto.

De repente, se oyen disparos y pronto se divisa un fragata a lo lejos.

Edson: Mierda, te lo dije. Vamos a morir todos.

La tripulación del cayuco empieza a asustarse, algunos incluso se tiran al agua. Kapriel se empieza a poner muy nervioso y pone el motor a máxima potencia, aunque aún así apenas alcanza los 30 km/h

El buque militar pronto avista el cayuco y, sabiendo de sus intenciones, empieza a abrir fuego contra la pequeña embarcación.

El cayuco logra evitar algunas balas de cañón, pero finalmente uno de los disparos impacta en el agua, a pocos centímetros del cayuco y por efectos de la detonación la embarcación se vuelca. Edson y Kapriel se aferran al volcado cayuco.

Edson: Estamos muertos. Nunca debí hacerte caso, Kapriel.
Kapriel: Íbamos a estarlo también si nos hubieramos quedado allí.
Edson: Al menos no moriré solo.

Sorprendentemente se oye una gran detonación que hace salpicar mucha agua a lo lejos, la fragata que les disparaba comienza a hundirse. Un segunda detonación que impacta en el mismo objetivo hace que la fragata se inunde rápidamente.

Edson: Pero... ¿Cómo?
Kapriel: No preguntes nada, aprovechemos. Huyamos hacia la costa a nado. Rápido.

Se oye un tremendo ruido debajo de sus pies y una gigantesca silueta pasa debajo del agua a pocos kilómetros de ellos. Su gran tamaño hace que, a pesar de la distancia a la que se encuentra, se escuche. Momentos después, emerge de debajo del agua lo que les había salvado. Un submarino de moderna tecnología. Se abre la escotilla y se asoma un soldado. ¿Necesitáis ayuda? pregunta ante la atónita mirada de los náufragos. En su pecho se puede distinguir, la bandera española.

Ojayit: Vamos chicos, va siendo hora de llevar a cabo la misión.
Sabal: Señor, ¿Cree que enfrentarnos al ejército para liberar Sylhet puede llevarnos a la victoria?
Ojayit: Sin duda alguna, amigo mío. Esos cerdos tendrán mejor organización y buenas armas. Pero no tienen nuestro espirítu de lucha y el deseo ardiente de liberar nuestro hogar.

Entra al cuartel alguien con gran rapidez

Jayin: Ojayit, según datos que he recibido, ya hay más de 25 millones de exiliados en Bangladesh.

Ojayit mira pensativamente a Jayin

Ojayit: ¿Cuántos muertos, soldado?
Jayin: Sobre el 1.500.000 de muertos, señor.
Sabal: Lo peor es el hambre. Millones de personas morirán en las próximas semanas. Numerosos países de Asia han cortado el comercio con el país y el ejército destroza los campos y las cosechas.

Ojayit se levanta y golpea la mesa de madera del cuartel con fuerza

Ojayit: Esto ya no se puede consentir. Llevaremos a cabo la operación hoy mismo, Sylhet será de nuevo del pueblo bangladesí y no de esos militares.

El resto de soldados de la Resistencia se levanta seguidamente en señal de apoyo

Ojayit: Adelante soldados, liberemos Bangladesh.

El centenar de soldados sale del cochanbroso cuartel en el que se encontraban armados con fusiles y kalasnikhovs variadas.

Repentinamente uno de los soldados cae fulminado en el suelo, lo sigue otro y después el siguiente. Ojayit mira a la cabeza de uno de ellos y ve un gran agujero en su frente. Francotiradores...

Ojayit: ¡¡¡Nos atacan!!!¡Cuerpo a cubierto!

Rápidamente los soldados buscan localizaciones seguras dentro y en los alrededores de la base.

Sabal: ¿Dónde demonios están los francotiradores?
Jayin: No veo nada
Ojayin: Estad atentos...

Los ojos de Sabal se abren de par en par.

Sabal: Dios Ojayin, estamos muertos. ¡Corred!

Sin pensarlo dos veces los tres comandantes de la Resistencia se levantan de sus posiciones y comienzan a correr como posesos.

Suenan varias explosiones que se suceden rápidamente. Entre la maleza se pueden distinguir varios cañones que disparan sin cesar a los paramilitares, que caen como moscas.

Tras una salva de decenas de disparos de cañón, se aprecia el cuartel completamente destruido y la tierra de alrededor de color rojo, de la sangre de los desdichados que habían dejado su vida allí.



A varios centenares de metros Sabal, Ojayit y Jayin corren desesperados a la ciudad de Sylhet en busca de ayuda y cobijo.

Sabal: ¿Quién demonios eran esos? Es imposible que el ejército de Bangladesh haya dado con nuestra localización.
Jayin: No eran bangladeses, seguro.
Ojayit: Birmanos...
Sabal: ¿Birmanos? ¿No tienen suficiente con el apoyo aéreo que prestan a Hossad Mohammad?
Ojayit: No, parece que Birmania ha enviado ahora tropas terrestres para acelerar el proceso de toma del país.

Jayin de repente se para en seco

Jayin: Oh, mierda...

Una decena de soldados del ejército bangladesí aparece de frente y les corta el paso. Les apuntan con sus metralletas constantemente.

Los tres comandantes de la Resistencia levantan sus manos soltando sus armas y se las colocan en la cabeza. Otro grupo de soldados aparece desde su derecha. Van armados con pistolas. De este grupo sobresale un militar con varias medallas colgadas en su chaleco fumando un cigarro a la vez que maneja su gran pistola, parece ser alguien importante.

Teniente Sahasya: Hombre parece ser que os hemos pillado...

Los tres capturados se sorprenden al oír su inocultable acento, no era bangladesí, al parecer era birmano.

Ojayit se atreve a hablar

Ojayit: ¿Qué demonios hacéis aquí los birmanos?

Sahasya se ríe a carcajadas y después mira seriamente a Ojayit.

Teniente Sahasya: ¿Tú que crees, muchacho? Unirnos a la fiesta.
Ojayit: Sois unos vendidos y unos cobardes ¿Qué os ha prometido Mohammad? ¿Riquezas?
Teniente Sahasya: Me parece que no sabes con quién estás hablando, mocoso. No te atrevas a hablarme así.

Ojayit mira fríamente a Sahasya y le escupe en la cara. El teniente se pasa la mano por la zona escupida y lo limpia vagamente con la palma. Sonríe y le patea la barriga al jefe de la Resistencia.

Ojayit escupe sangre.

Teniente Sahasya: Maldito hijo de puta, morirás aquí mismo. Serás comida para los cerdos. ¡Cogedle!


Rápidamente varios soldados se acercan por detrás y lo neutralizan. Sahasya se quita el cigarro de su boca y lo mete en el ojo de Ojayit, que grita con todas sus fuerzas.

Tras haberle quemado por completo su ojo izquierdo, el teniente da la orden de que se aparten sus soldados.

Sabal: No, Ojayit...

Tres rápidos disparos de la pistola de Sahasya atraviesan el cráneo de Ojayit matándolo sin remordimientos.

Sus compañeros empiezan a llorar, a ellos les tocará el mismo final.

El teniente Sahasya se gira y los mira detenidamente con la pistola que ha acabado con la vida de Ojayit en la mano y sonríe... maliciosamente.

Bahía de Bengala 19:25 del día 3 de Marzo de 2010



General García: Parece un día despejado de nuevo.
Sargento Torres: Sí señor, parece que no vamos a tener problemas para seguir con la ronda.
General García: Bueno sargento, vamos a darnos una vuelta por el buque a ver como están de moral los soldados.
Sargento Torres: Como desee, señor.

Se oye gente gritando en los alrededores

Soldado González: ¡¡¡Nos atacan!!! ¡¡¡Nos atacan!!!
Soldado Mikel: Se acercan por babor, navíos rusos y chinos. Están comenzando a lanzar andanadas.
General García: ¡¡En formación, soldados!! ¡Todos a sus puestos de combate! ¡Llamad al submarino!

El General García rápidamente subió a la cubierta y se situó en uno de los cañones de la fragata.

General García: Hijos de puta, ¡Vais a recibir vuestro merecido!

Los navíos rusos y chinos, que se acercaban vertiginosamente al contingente español empiezan a dividirse para rodear a los navíos españoles.

Mientras realizan la maniobra de envolvimiento empiezan a disparar andanadas hacia el crucero y la fragata de la armada española.

Soldado González: ¡Nos atacan por los flancos!
General García: ¡Re-agrupen los navíos! ¡¡¡Vamos!!!

Las primeros disparos de los navíos chinos empiezan a impactar en el crucero español, al cual van dirigidas casi todas las andanadas. Los impactos empiezan a crear vías de agua, y los marineros apenas pueden solucionar el problema. El crucero empieza a hundirse.

El General García gira su cañón y empieza a disparar, con gran efectvidad sobre una fragata rusa, a la cual hunde al 5º disparo.

General García: ¡Oh sí! ¡Joderos, alcohólicos de mierda!
Soldado Mikel: ¡¡¡General!!! ¡Tienen un submarino! ¡Cuidado!
General García: ¡Sargento! ¡Dé órdenes nuestro submarino de atacar al enemigo! ¡Rápido!
Sargento Torres: Sí, señor.

Se oye una tremenda explosión y la fragata empieza a tambalearse.

Soldado González: ¡Nos han dado!
Marinero Peñalver: ¡Nos están torpedeando! ¡Tenemos una vía de agua importante en la bodega! ¡Necesitamos ayuda!

Un gran número de marines que estaban en cubierta bajan rápidamente a la bodega para intentar salvar el buque y, por tanto, su vida.

General García: ¡¡¡Sargento!!! ¿Dónde coño está el submarino?

Se oye una explosión enorme, el agua sale salpicada hacia arriba a una altura de hasta 20 metros. Piezas de metal empiezan a caer desde esa altura e impactan en algunos de los marineros de ambos bandos.

El General García mira con ojos atónitos al Sargento y este, levanta su mano, donde tiene agarrado un walkie-talkie que comunica con el submarino. No se oye nada en él, parece que la señal se ha perdido.

Las explosiones e impactos en los laterales de la fragata se suceden. El General García se arrodilla en la cubierta y después de mostrar una cara de rabia, comienza a correr otra vez hacia el cañón. Con unos disparos cargados de rabia y de odio, consigue hundir otra fragata más, esta vez china. Quiere morir luchando.

Al contrario que él, la gran mayoría de soldados españoles se lanzan al agua intentando llegar a la lejana costa y salvar sus vidas. Solo quedan en la cubierta el General García y el Sargento Torres. El general se apresura a cargar munición el cañón, desesperadamente. La fragatas enemiga ha parado de disparar hace unos minutos.

El buque español se está hundiendo, apenas quedan 4 metros a flote. El Sargento Torres se asoma entonces, en un gesto de indeferencia (sabe que no le quedan posibilidades de vivir) a la cubierta. Una figura serpenteante recorre el agua hacia la fragata, a una gran velocidad...

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CONSECUENCIAS

Rusia pierde el ítem X
China pierde el item X
España pierde el ítem X
España pierde el ítem X
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